domingo, 22 de noviembre de 2009

LA NOCIÓN ÉTNICO-RACIAL DE LA POBLACIÓN DOMINICANA EN ANTONIO SÁNCHEZ VALVERDE


LA NOCIÓN ÉTNICO-RACIAL DE LA POBLACIÓN DOMINICANA EN ANTONIO SÁNCHEZ VALVERDE
Andrés J. Morillo

Introducción

El sacerdote Antonio Sánchez Valverde es una figura históricamente importante, no necesariamente por su trabajo eclesiástico-misionero, sino más bien por su contribución a la historiografía y al pensamiento filosófico de Santo Domingo, el cual estuvo siempre “al día con las disputas y críticas sobre el continente Americano de los filósofos europeos” de su época. Utilizó su pluma para defender de las injurias y de las imputaciones que hacían algunos científicos europeos sobre América y corregir la errada visión que tenían sobre los recursos naturales y sobre los pobladores de la isla de La Española. Estas contribuciones hacen que Antonio Sánchez Valverde ocupe un lugar muy especial en el proceso de la Ilustración Hispanoamericana.

Antonio Sánchez Valverde podría considerarse el intelectual simbólico del siglo XVIII “el aporta el esfuerzo más notable dentro de las letras coloniales de Santo Domingo con once extensas obras a su nombre, con otras inéditas y otras tantas hasta hoy no localizadas, su orientación liberal y enciclopédica lo presenta como el prototipo del ensayista reformador de la época ilustrada hispanoamericana” es por eso que consideramos que el aporte de Sánchez Valverde necesita reconocimiento y renovado estudio; en tal sentido hemos llevado a cabo en el presente ensayo un análisis sobre la noción étnico-racial que tenía Antonio Sánchez Valverde de la población dominicana, es decir, que reflexionaremos sobre la descripción que él realiza de la agrupación natural de individuos que conformaba el conglomerado nacional de su época, tomando en cuenta que sus obras son consideradas de los primeros ensayos historiográficos que versan sobre el origen y definición de la población dominicana, tratando de responder a un dilema histórico que ha sido objeto de discusión: ¿De qué somos resultado? ¿Quiénes somos?. Además, durante el siglo XVIII, empieza a darse un proceso de definición cultural y social frente a la metrópolis que repercute en la búsqueda de una identidad nacional.

Centralizaremos nuestro análisis en la obra principal de Antonio Sánchez Valverde “Idea del Valor de la Isla Española y utilidades que de ella puede sacar su monarquía”, que es sin lugar a dudas “la primera síntesis de calidad delimitada en el terreno de la colonia” y que constituye un referente primordial en la historiografía nacional. En ella se encuentran expuestas una serie de propuestas transformadoras y conjeturas sociales sobre la sociedad dominicana, que a su vez nos reflejará la percepción historiográfica que se ha tenido del pasado dominicano. A través de esta obra trataremos de destacar cinco aspectos que a nuestro juicio nos permitirá identificar la noción étnico-racial de la población dominicana que se tenía durante este período, y que consideramos que es a partir de dicha noción étnico-racial que se manifiesta el nacimiento de un sentimiento criollo que representa lo nacional, con lo que podríamos encontrar una explicación histórica a la búsqueda aclaratoria de lo que somos como pueblo.

En este ensayo nos proponemos resaltar los aportes historiográficos de Antonio Sánchez Valverde que al igual que otros ensayistas del siglo XVIII en Hispanoamérica intentó configurar una visión de América y especialmente de la isla La Española, apoyándose en su defensa de lo criollo y en la determinación racial de la población dominicana. “En efecto, Sánchez Valverde subrayó que la historiografía americana era defectuosa porque había sido escrita por personas que jamás cruzaron el océano Atlántico y los que si llegaron a América escribieron frecuentemente con una segunda intención” ; con esto forjó el comienzo de los primeros escritos criollos que reconocieron el valor de la colonia de Santo Domingo.

Fundamentalmente trataremos los siguientes aspectos: iniciaremos contextualizando el panorama histórico en que Antonio Sánchez Valverde desarrolla su pensamiento, permitiéndonos conocer las fuerzas ideológicas que imperaban y en las que Sánchez Valverde ajusta sus razonamientos; además relacionaremos los acontecimientos históricos que sucedieron en la colonia que sin lugar a dudas lograron moldear sus ideas.

El segundo aspecto trata sobre las consideraciones que tenía Antonio Sánchez Valverde sobre la población aborigen, resaltaremos a su vez la importancia que este le daba, y la forma que en sus explicaciones la consideraba, esencialmente como el factor determinante en la transmisión genética o tronco común de la población dominicana; al mismo tiempo reprueba la funesta exterminación de esta raza aborigen, mostrando así la relevancia o posición de importancia étnica-social que tenía de dicha raza.

El tercer aspecto que trataremos es la percepción de Antonio Sánchez Valverde sobre los negros esclavos: la condición social y humana que le asignaba, la importancia que tenían para él, la forma en que veía a los negros libertos y el vínculo sexual que tenían los amos con sus esclavas, pautas que nos permiten deducir sobre la visión y consideración que tenía nuestro autor sobre los negros esclavos.

El cuarto y último aspecto se refiere a las características étnicas-raciales que le asignaba Antonio Sánchez Valverde a la población dominicana en sentido general; aquí describe los elementos raciales que él considera dieron forma a la población dominicana. Describiremos su denotada cosmovisión hispanista y su arraigo hacia lo español, también define racialmente el dilema de donde venimos y lo que somos como pueblo; hace uso de una serie de designaciones en la búsqueda de una identidad propia ajustadas a las razas progenitoras.

Panorama histórico en que se desarrolla el pensamiento de Antonio Sánchez Valverde

El pensamiento intelectual del siglo XVIII en el continente americano estaba fuertemente permeado e influenciado por las ideas de la ilustración europea que se difundían por el mundo civilizado de la época, es “a partir de la mitad del siglo XVIII, que los escritores en Hispanoamérica comienzan a mostrar cambios con respecto a las influencias que reciben, propios de la ilustración y del enciclopedismo, lo cual reinaba con bastante aceptación” , estas ideas produjeron impactos significativos en el desarrollo del sentimiento criollo americano frente a las respectivas metrópolis.

El medio intelectual americano, especialmente el hispanoparlante de esta época se caracterizaba por el surgimiento de un incipiente movimiento de pensadores que plasmaron en sus obras aquel sentimiento criollo de autodefinición contra las naciones europeas, es “durante el siglo de las luces que se desarrolló el pensamiento criollista ilustrado que pretendió reformar la sociedad americana de fines del coloniaje español” .

Por un lado estaba el grupo que buscaba la renovación de la sociedad americana con el rechazo absoluto de los vínculos con la metrópolis y por el otro lado estaba el grupo que buscó la reforma bajo el ideal político-liberal de una unión equitativa de su patria con España. Así el ensayo se convirtió en el instrumento intelectual predilecto para presentar las realidades sociales y promover cambios dentro de la sociedad colonial ya que “era necesario cambiar el opresivo y sofocante sistema económico de España y las injustas restricciones hacia el grupo criollo” . En la literatura de este período sobresalieron figuras de mucha relevancia en el quehacer intelectual, tales como: “Antonio Meléndez Bazán, Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, Jacobo de Villaurrutia, Carlos María Bustamante y Antonio Sánchez Valverde” .

Con estas ideas de la Ilustración es que Antonio Sánchez Valverde en la colonia española de Santo Domingo va conformando su pensamiento identificado con aquel grupo que buscaba reformar la sociedad colonial bajo el ideal político-liberal en unión a España; en un medio que venía marcado por una reanimación económica que se da “a partir de la cuarta década del siglo XVIII” ; sin embargo esta reanimación no alcanzó el impulso necesario para reapuntar la economía a un grado más alto. Esto estimuló a Antonio Sánchez Valverde a proponer alternativas en la búsqueda de soluciones para optimizar la economía de la colonia.

Tiempo atrás el panorama social-económico de la colonia era desalentador; la escasez demográfica que había experimentado, producto de las devastaciones de 1605 y 1606, tenía paralizada la economía de la isla, sumiendo a su población en una miseria tal que “la mitad de las viviendas de piedra de Santo Domingo cayeron en ruinas” y “al caso de que las señoras de posición social prestigiosa prefería asistir a misa en la madrugada, por considerar que no tenían ropas acorde con su dignidad” . Esta despoblación trajo consigo, en las zonas norte y noroeste de la isla, el establecimiento de aventureros franceses, dedicados originalmente a la piratería y a la caza de reses, lo que llevó a mantener un escenario de enfrentamientos entre estos aventureros franceses y la milicia criolla que agudizó la situación de miseria, a tal punto que se vieron imposibilitados en hacerle frente a tales invasiones.

Con la firma del Tratado de Ryswick en 1697, se da un alto a las hostilidades entre las colonias, lo que posteriormente permitió un flujo comercial estimulado por la prosperidad que venía teniendo la colonia francesa de Saint Domingue, es decir, “para que Santo Domingo entrara en una fase de recuperación hubo que esperar a que la colonia francesa lograse una dinámica de crecimiento acelerado” . Esta reanimación de la economía de Santo Domingo Español estaba marcada por diversos factores internos del sistema esclavista imperante, que complejizó la posición de la élite dominante para enrumbar el desarrollo económico a base de la esclavitud.

Por un lado estaba la escasez de esclavos del cual adolecían los dueños del aparato productivo de la colonia; por otro lado la gran cantidad de manumisiones de esclavos, las cuales se expresaban en un aumento de libertos y esclavos jornaleros que en ocasiones, tendieron a aislarse en los montes y campos, debilitando aún más el sistema esclavista; y por último está el hecho de las relaciones sociales “paternales” entre los esclavistas y los esclavos, que habían obstruido las posibilidades de explotación intensiva en el sistema esclavista de la colonia; esto eclipsaba el deseo de las clases dominantes de beneficiarse del auge económico que le proporcionaba la colonia francesa de Saint Domingue al no disponer de mano de obra esclava para el trabajo.

Pese al movimiento favorable que se generó en la época que “pudo por lo menos salir de su miseria extrema” , la colonia seguía aislada del comercio marítimo, en un desinterés marcado por la ausencia de respuestas y medidas favorables a los problemas de la colonia por parte de la Metrópolis Española, tanto que “Santo Domingo continuaba como la colonia más pobre del imperio español” . Esto generó desencanto y frustración en los sectores dirigentes que veían mutilado los deseos de progreso “no logrando pasar de un estado de mediocridad económica derivaba del primitivismo de la ganadería” .

Bajo este panorama es que Antonio Sánchez Valverde desarrolla sus ideas plasmadas en sus obras, especialmente la de nuestro interés “Idea del Valor de la Isla de Española y sus utilidades, que de ella puede sacar su monarquía”, publicada en Madrid en 1785, y que posee un “corte ilustrado indudable, preocupado por la determinación de las causas de los procesos como medio de columbrar remedios” . Su formación académica-intelectual se aprecia en muchas de sus obras y sermones tales como: “La América Vindicada de la Calumnia de haber sido la madre del mal venéreo”; “Sermón de la purificación de nuestra señora”; “El predicador”, entre otras, en ellas trata de validar sus razonamientos utilizando teorías científicas que habían surgido en aquella época, sobre todo buscó una ecuanimidad entre la fé y la razón.

El hecho de que un criollo tome la pluma para escribir dadas las circunstancias en que se encontraba la colonia de Santo Domingo durante el siglo XVIII, es ya una hazaña de grandes proporciones y de mucho meritos. “El inconformismo presente en los escritos de Antonio Sánchez Valverde hace que sea posible enlazar su obra con la de otros reformadores criollos que en diversas partes del Caribe y del continente utilizaron la pluma para despertar la conciencia de sus compatriotas y exigirle cambios a la metrópolis” . El mayor deseo de Antonio Sánchez Valverde fue corregir las penas de su patria dentro de un esquema reformista sin romper con España.

Esbozo Biográfico de Antonio Sánchez Valverde

Las permanentes injusticias que se cometían en aquella época contra la población mulata mantenían aislados a las personas de color, esto creó en Antonio Sánchez Valverde el anhelo de una reforma social igualitaria, ya que este era mulato hijo del agrimensor Juan Sánchez Valverde quien a su vez era descendiente de un militar español llamado Pedro Sánchez Valverde que se había casado con una mulata, e hijo de la señora Clara Díaz de Ocaña descendiente del militar Andrés de Ocaña nativo de Bayaguana. Sánchez Valverde nació en Santo Domingo, quizás en 1729 en un medio familiar militar, criollo y mulato, perteneciente a la clase alta de la época, lo que le permitió poder acceder a una buena educación.

Se dedicó a estudiar la carrera del sacerdocio reservada para sujetos de cierto nivel étnico y social, pero Antonio Sánchez Valverde, pudo ser admitido al clero a pesar de su condición de mulato; ya que tal condición generaba dificultades a las cuales posteriormente se enfrentaría. Su formación intelectual la desarrolló en el colegio de los jesuitas San Francisco Javier, transformado en aquellos años en Universidad de Santiago de la Paz y Gorjón, donde alcanzó la Licenciatura de Teología en 1755 adquiriendo una sólida formación humanística. “De los jesuitas se debe la marcada influencia filosófica- religiosa de la teología positiva tan evidente en sus escritos y en su fervor antiaristotélico” , luego alcanzó el grado de bachiller en derecho civil con los padres Dominicos en la Universidad de Santo Tomás de Aquino en 1758. “Precisamente allí se encuentra el balance intelectual de Antonio Sánchez Valverde porque aunque los padres Dominicos enseñaran la separación de las cosas terrenales de las religiosas, este no apreciaba ninguna contradicción entre la integración de la fe y la razón” . Por eso establecemos que Antonio Sánchez Valverde desarrolló su formación intelectual en medio de contiendas filosóficas, estudiando en ambas universidades, sacando de cada una de ellas lo necesario para adquirir su propia visión del mundo.

Antonio Sánchez Valverde llegó a tener buen manejo tanto en los idiomas modernos, el inglés y el francés, como de los clásicos, el latín y el griego lo que le posibilitó tomar parte activa en las polémicas europeas sobre América, además estudió en detalles los libros filosóficos escrito por el holandés Cornelius de Pauw (1739-1799) especialmente su obra Recherches Philosophiques sur les Americains (1768-9) sobre la común creencia europea de que la sífilis tuvo su origen en Santo Domingo. Antonio Sánchez Valverde se enfrentó a esta polémica con un celo criollista muy marcado, así se comprueba en su obra América vindicada de la calumnia de haber sido madre del mal venéreo (1785).

Fue asignado a la parroquia de Bayaguana, también designado profesor de la Universidad Santo Tomás de Aquino y promotor fiscal eclesiástico. Pese a su brillante inteligencia, tuvo muchos obstáculos para su inclusión al cabildo eclesiástico, donde se presentó al concurso por oposición para una canongía en la catedral de Santo Domingo, que nunca pudo lograr a pesar de su capacidad, y superioridad frente a los demás candidatos. “El 5 de noviembre de 1766, durante el proceso normal de sustituciones de los prebendados, la Cámara de Indias mando una carta al gobernador y Capitán General y Presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo (1758-1770), Don Manuel de Azlor Urríes de Vera y Guerra de Aragón, pidiendo le que rindiera cuenta sobre los dos posibles candidatos a la canongía vacante en la Catedral de Santo Domingo. Los candidatos eran Don Ignacio Granados Caro y Antonio Sánchez Valverde. El gobernador en su carta del 6 de febrero de 1768 a la Cámara de Indias hizo una recomendación muy desfavorable de Sánchez Valverde, en cambio hizo una excelente recomendación de Ignacio Granados Caro, por lo que la canongía le fue dada a este.”

Aunque en 1765 recibió la dignidad de racionero fue víctima por su condición de mulato, debía de realizar la prueba demostrativa de “pureza de sangre” que nunca probó y que le hizo desarrollar una actitud beligerante, entrando en conflictos con los medios burocráticos civiles y eclesiásticos “hizo reclamaciones escritas y protestas con serias acusaciones” . Tuvo que emigrar del país pasando a residir en Caracas y Santiago de Cuba, donde trató de obtener una canongía, concursos que también perdió, pasando posteriormente a España donde publicó sus obras. Su posición inconformista, crítica, beligerante y defensiva le trajo problemas que culminaron con su traslado a México, como racionero de Guadalajara.

Es preciso resaltar que en las actuaciones de Antonio Sánchez Valverde siempre mostró sus convicciones iluministas tanto en socorro de los pobres como en la defensa de su patria “dejando correr su pluma en defensa no solo de los españoles criollos o indo-hispanos sino también de los europeos” . Tal vez el mejor ejemplo de esta premisa es el caso de Antonio Sánchez Valverde en la defensa de José Beltrán. Posiblemente la añorancia y el extrañamiento debieron de resultarle duro a una persona tan apegada a su tierra natal, muriendo poco después, posiblemente en 1790.

Consideraciones de Antonio Sánchez Valverde sobre la población Aborigen

Antonio Sánchez Valverde en su obra “Idea del Valor de la Isla Española y utilidades que de ella puede sacar su monarquía” , le atribuye una importancia primordial a la población indígena de la isla. Realiza una descripción de elogio y exaltación a la raza aborigen “bien alimentados, ágiles, sanos, preactivos y fecundos” , colocándolos en una condición racial no superior a los europeos, pero sí a la raza negra africana, que la veía sólo como un instrumento de trabajo, “el renglón más útil y estimable” para el desarrollo de la colonia.

Explica que las habilidades de supervivencia de los aborígenes eran admirables dada “por la robustez, sanidad y fecundidad” que mostraban estos habitantes, al mismo tiempo resalta la organización político-administrativa que poseían estos nativos “componían cinco poderosas monarquías, cuyos soberanos tenían a su obediencia muchos señores o caciques menos principales.” Estas explicaciones de elogio la utilizaría para tomar a esta raza como la progenitora del criollo.

Antonio Sánchez Valverde defiende la población indígena de los preceptos filosóficos de Mr. Pauw, quien le atribuye un origen racial degenerativo, esto provoca una reacción contestataria en Antonio Sánchez Valverde, cuando este “levanto su voz en defensa de América y de la clase criolla de La Española y proclamó las ponencias extranjeras como falaces, injustas e infundadas. Asimismo, defendió a España y a sus colonias en el nuevo mundo y proporcionó la justificación de la expansión imperialista de España” . Acusa a Pauw de desconocer a los aborígenes americanos y su medio natural, y para apoyar sus ideas utiliza los argumentos del padre Charlevoix al decir “que los antiguos isleños gozaban de buena salud y vivían allí largo tiempo” incluso más que los europeos.

Para sustentar aún más su posición frente a Mr. Pauw describe la forma en que vivían los aborígenes, sin opresión ni injusticias ni restricciones los “primeros habitantes vivieron naturalmente felices en crecido número con solo los desperdicios (digámoslo así)” vivían libres sin ataduras, lejos de los vicios y enfermedades, con lo que les proporcionaba la naturaleza señalaba Sánchez Valverde. También explica como los aborígenes se han adaptado al clima y a los alimentos, llevándolos a un proceso de mutación que les facilitaba la supervivencia en la isla.

Otro aspecto que destaca Antonio Sánchez Valverde es la funesta desaparición de los aborígenes, acusando a Francisco de Bobadilla y a Nicolás de Ovando, como los responsables de su exterminio, “una vez de dar libertad a los indios conforme a las piadosas intensiones de los Reyes, les redujo a la más dura servidumbre, haciendo un censo de todos ellos y repartiéndolos entre los habitantes para el beneficio de las minas de cuya violencia se siguió considerable menoscabo en su número” . Enfatiza como hecho lamentable la pérdida de esta población aborigen “unos desertaban por las costas en busca de continente o de alguna isla favorable y otros morían de viruela, enfermedad que arrebato a más de 200 mil en poco tiempo” ya que la mano de obra de estos era necesaria para el beneficio que generaban las minas.

Es con esta raza que Antonio Sánchez Valverde identifica su condición de mulato, al considerar a los naturales como “indo-hispanos” descendientes de los españoles e indios, dejando a un lado “otros elementos étnicos y culturales, especialmente los afroamericanos” , de una población que para la época era mayoritaria.

Percepción sobre los negros esclavos.

Antonio Sánchez Valverde consideraba a los negros esclavos como simples instrumentos de trabajo, la materia prima para el desarrollo de la economía de la colonia, no les asignaba ninguna condición nacional “no cabían dentro de la comunidad de dominicanos” incluso lo excluía de toda condición humana. Para Antonio Sánchez Valverde como incuestionable esclavista, los negros esclavos sólo representaban la llave para salir de la depresión económica que agobiaba a la colonia, expresaba “¿cuál es esta llave?... bien saben que son las manos, principalmente de los negros” estos eran la salvación de la economía nacional, los más capaces para trabajar en las condiciones climáticas que presentaba la isla “son los únicos sujetos a propósito para el cultivo de la zona tórrida.”

Aunque los historiadores europeos acusaban a los españoles criollos de flojedad, dada la pobreza del lado español, Antonio Sánchez Valverde sostuvo que la verdadera razón de la desproporción de la producción en La Española, era la falta de esclavos negros en el lado hispano, y no a la dejadez de los criollos. Por tal motivo propuso un plan específico para el restablecimiento económico de La Española: la reforma de la esclavitud, con el sistema Francés como modelo.

La forma en que describe a los negros y negras es hasta cierto punto despectiva y degradante, pero tomando en consideración que lo que buscaba Antonio Sánchez Valverde, era fortalecer el sistema de explotación esclavista, púes se hace ajustable a sus consideraciones. Condenó a los esclavos jornaleros y a las esclavas domésticas decía que “viven sin disciplina, ni sujeción, la hembra, por lo regular de mal uso de su cuerpo y los hombres del robo” esto nos deja ver el firme criterio que tenía nuestro autor sobre los esclavos.

Reprobó las libertades otorgadas a los esclavos especialmente a las esclavas, con quienes sus amos solían “agradarse de ellas y ligar una familiaridad pecaminosa” , prometiéndole y dándoles libertad cuando traían en sus vientres descendientes de ellos, esto para que sus vástagos nacieran libres. En sentido general a estos libertos los estimaban como “unos holgazanes, desarreglados y que han de subsistir casi necesariamente de la inequidad.” Proponía el cese a estas libertades o manumisiones, que se regularizara y que no se permitiera el vínculo sexual de los amos con sus esclavas, para evitar así el debilitamiento del sistema esclavista.

Características étnicos-raciales de la población dominicana según Antonio Sánchez Valverde.

Antonio Sánchez Valverde pertenecía a la élite social de la época, a la clase social instruida, culta, pero sobre todo esclavista, que representaba la minoría en la colonia y su incidencia en el poder económico, social y político era absoluta. Eran los dueños de los medios de producción y del poco capital que existía, tenían en sus manos la administración de la burocracia eclesiástica y seglar.

Esta clase social fue reaccionando ante el descuido de la metrópolis, tomando una conciencia criolla que respondía a sus intereses particulares, y que versaban sobre el impulso del desarrollo del sistema esclavista; pero al no encontrar respuesta por parte de la metrópolis, fue considerando la autodefinición, en este caso étnico-racial. Aquí comienza a evidenciarse el motivo elemental que llevó a Antonio Sánchez Valverde a definir su grupo social étnicamente (era mulato), además, esta definición racial venía dada por varios factores; por un lado estaba la defensa contra los argumentos de algunos autores extranjeros, especialmente de los franceses que acusaban a los habitantes de América y de la colonia española de Santo Domingo de seres humanos de una raza degenerativa, “el mismo principio me ha dejado correr la pluma en la defensa de los criollos o indo-hispanos, contra los vicios de sangre, la holgazanería y defectos de sagacidad con que quieren envilecerle el extranjero” .

Por otro lado están las ocasiones en que fue víctima de discriminación por su color de piel, ya que nunca pudo probar su “pureza de sangre” lo que le costó el no poder alcanzar la canongía a que aspiraba, y por último estaba el hecho de buscar una diferenciación con los franceses establecidos en la isla y con las poblaciones de negros que habían en la colonia. Estos factores provocan una reacción en Antonio Sánchez Valverde que le hacen dar el paso a la búsqueda de un origen y definición racial de la población dominicana de la época, que en su cosmovisión se delimitaba a su clase social.

La definición que realiza Antonio Sánchez Valverde sobre la población dominicana comienza con la mención del apego al amor que sentían los criollos hacia la corona española, quienes defendieron su estatus contra las naciones enemigas de España, pero a la vez condenaba el poco respaldo y abandono que los españoles le dieron “olvidándose de todas las batallas y campañas con que 40 años antes habían trabajado incesantemente los criollos españoles contra los franceses por echarle de la isla” . Aquí comienza el proceso en que los criollos fueron apartándose de su apego a lo español, así Antonio Sánchez Valverde va perfilando a la población dominicana como descendiente Española, pero a la vez alejada de dicho tronco, explicaba que “los criollos a proporción que se alejan de su origen europeo, se hacen más sanos, más fuertes y viven más largo tiempo” .

Antonio Sánchez Valverde reconocía la existencia de un sector eminentemente europeo que formaba parte de la población de la colonia “habitantes europeos que atendida a su extinción eran muy pocos” , pero muy significativa a pesar de los pocos que habían; reconociendo su legado de afinidades que dejaban a la población criolla.

Hacía énfasis en la debilidad que representaba la salida de familias “criollas” que según él laceraba la conformación de la población “de las más distinguidas familias que se habían establecido y arraigado, apenas quedaron rastros” . Pero por otro lado elogiaba la inmigración de canarios que representaba un alivio, no sólo a la despoblación en el sentido económico, sino para la conformación social y étnica de la población.

Su concepción hispanista formaba parte de una cosmovisión que se contraponía con los vecinos franceses y con la mayoría de los negros y mulatos pobres, decía que “los franceses en la América lejos de ser superiores a los criollos que llaman y suponen poltrones… que ellos son en efecto los verdaderos holgazanes sensuales que hay en la isla” .

Para Antonio Sánchez Valverde somos descendientes de los europeos y de los aborígenes; recurre al “indigenismo” como medio para explicar la formación étnica-racial de la población de Santo Domingo, realizando un esfuerzo en su exposición para evitar reconocer el mestizaje con los negros, alterando la composición étnico-racial de la colonia, cuando trata de ocultar la existencia de una amplia población negra y mulata. A estos descendientes de españoles y aborígenes les llamó Indo-hispanos “abrir las venas y manchar la sangre, tanto de los Indo-hispanos como de sus progenitores europeos” marcando así una designación de identidad étnico-racial que se ajustaba a sus intereses.

Utilizó categóricamente éste término de “Indo-hispanos” para referirse a los criollos, pudiendo así distinguirla de los españoles, de los aborígenes, de los franceses y de los negros y mulatos; pero a la vez aceptaba sólo como tronco hereditario a los españoles y los aborígenes. Esta noción de indo-hispano respondía a una concepción en donde sólo incluía a la élite social al cual pertenecía Antonio Sánchez Valverde, pero también con esto daba respuesta a las múltiples ocasiones en que fue víctima de discriminación cuando era considerado impuro.

Empleó varias designaciones que respondían a un criterio nacionalista en sus exposiciones para poder diferenciarnos como pueblo, utilizó: “Españoles Criollos”, “Criollos”, “Naturales”, “Criollos Naturalizados”, “Indo-Hispanos” y “Dominicanos”. Es el primer historiador que llama “dominicanos” a la población criolla , el cual se resumía a su grupo “la guerra de Italia por los años 40’ cogió a los dominicanos instruidos y cebados” y que posteriormente se utilizaría para referirse a los pobladores de la parte Este de la Isla.

Tenemos que destacar que Antonio Sánchez Valverde reconocía superficialmente la mixtura de la población, la mezcla con los negros y sus resultados, tejiendo contrasentidos en su exposición, decía que “los habitantes de indias, cuya sangre está tan mezclada con la de los caribes y los negros, que es rarísimo encontrar un solo hombre cuya sangre no tenga mixtura” , en efecto realiza este argumento para reacusar a los franceses de mezclarse con los negros.

Antonio Sánchez Valverde deja entender en su cosmovisión que los dominicanos somos de una clase social única dentro del conglomerado colonial, aunque existían factores sociales y económicos que separaban a la colectividad social, que amparada en elementos étnicos, económicos, sociales y culturales mostraban diferencias notables: por un lado estaba la élite colonial esclavista que a su vez tenía su categorización según el oficio o posición que ocupaba en la administración seglar o eclesiástica; por el otro extremo estaban los libertos (mulatos y negros) pobres dedicados a las actividades primarias de subsistencia, y los negros esclavos, el recurso elemental para el trabajo a su entender.

Conclusión

La noción étnico-racial de la población dominicana, a través de las ideas que expone Antonio Sánchez Valverde en su obra “Idea del Valor de la Isla española”, nos ha permitido adquirir una visión general de la autodefinición de la sociedad dominicana del siglo XVIII.

El panorama histórico en que Antonio Sánchez Valverde expone sus ideas étnicos-raciales sobre la población dominicana se ve influenciado por los intereses particulares y los de su grupo que abogaban por una defensa ante la actitud ofensiva y negligente de los países europeos (Francia y España).

Con una formación católico-criolla en una colonia relegada por la metrópoli, Antonio Sánchez Valverde supo defender a su patria y a los suyos, con un marcado autodidacticismo que dió paso a las controversias. A través de él se pueden encontrar claves esenciales para indagar sobre la determinación racial de nuestra población y las designaciones posibles o correctas que se le han dado. Esto es resultado de las críticas y propuestas que hace Sánchez Valverde con el objetivo de motivar a la monarquía española a permitir ciertas concesiones para desarrollar la economía de la colonia, además de que respondía a su actitud reaccionaria y beligerante ante las discriminaciones que por su color de piel por ser víctima del cabildo eclesiástico.

La exaltación que Sánchez Valverde hace de la población aborigen responde al ajuste que realiza para explicar las afinidades heredadas de ésta población, que al mezclarla con los españoles dio origen a los “indo-hispanos” que es la designación que le atribuyó para referirse a los criollos. Con este criterio va alterando la conformación de la población dominicana porque deja a un lado la gran cantidad de negros y mulatos que cohabitaban en la colonia y que aportaron elementos afrodominicanos a nuestra cultura. El que Antonio Sánchez Valverde no reconociera como parte integral de la población a los negros esclavos está determinada por su visión hacia tales, ya que los veía como simples instrumentos de trabajo.

Tal posición sobre la conformación étnico-racial de la población dominicana que plantea Antonio Sánchez Valverde nos proporciona aspectos importantes para la interpretación historiográfica del sentimiento criollo-nacional. Hay que tomar en consideración que sus reflexiones están dirigidas a los criollos pudientes, pertenecientes a las clases dirigentes, es a éste grupo que llama “indo-hispanos” del cual se siente parte. Pero en definitiva nuestro autor nos traza un panorama sobre las características de la sociedad dominicana de finales del siglo XVIII, donde es posible sacar importantes interpretaciones, no sólo de la estructura étnico-racial, sino también de su visión de lo criollo, la forma de vida del hombre dominicano, las estructuras del sistema económico de la época, del sistema demográfico de la colonia, y del drama de vida de la época.

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